domingo, 18 de julio de 2021

Soledad de la araucaria

Por tu altura gravitacional

Te acompañan piñones crucificados

Que anticipan la muerte

En el centro de presencia

Sin luz

Sin sombra

elevando al Sol,


rosando la transparente brisa

despertando las miradas de los turistas invisibles

que no vienen ni en enero


Ay mi soledad Araucana

Cuando estás en mi boca

Resucita tu recuerdo ausente

Tus olores perdidos

Tus visitas frutadas


Ay la quebrada del río

Que infarta un mareo

Que llora sin penas


Levántate paisaje desterrado

Baila al son del kultrún,

como si un terremoto hubiese bajo tus pies


Levántate y corre,

Ahógate

Pierde la respiración

Mata a los pinos huachos que plantaron los inconscientes en la punta de tu ombligo


Baila paisaje como quien enloquece

Como el corazón que se agita y muere por ti

Como una guagua desnutrida, gritando, llorando desesperada en busca de una teta por leche.


Si mañana llueve de nuevo

Tu pelo va transpirar el olvido de tu soledad. 




¿Cómo habrá muerto mi tataratataratataratatarabuela?

Al frente se ven los destellos que estaban atrás

No son llamas son luces dirán

De repente nos hinchamos y empiezamos a eructar

O nos pica la nariz

Eructamos

Como un volcán

nos baja la presión

empiezamos a tiritar

nos acercamos al fuego

Ustedes creen que al frente hay llamas pero son luces

 

No muy lejos suena el pito de la muerte

 


Páncreas: De qué habrá muerto al final. Dicen que se tomó un vaso de agua muy helada se le hinchó la guata se le puso dura y paró la chala. Dicen que esa tarde corrió más de la cuenta por un bosque donde ya no hay árboles. Esa tarde vio una llamarada en frente. Algunos dicen que eran luces y no llamas. Dicen que había estado tomando cerveza y que se comió unos chicharrones que bailó un rato la vaca blanca se sacó los zapatos y se fue acostar. Le echan la culpa a una naranja media, una puerta abierta que la resfrió. Dicen que era hipócrita hipertensa y diabética, que se cuidaba mucho, que se cuidaba muy poco, que nunca tuvo ambiciones pero que vivía con acidez en el estómago y tomaba jugo con bicarbonato. Dicen que era hija de un leñador y una lavandera. Que la pena se le había pegado en los pulmones y que el humo la sanaba al mismo tiempo que la enfermaba. No creo que haya sido cáncer, ninguna enfermedad moderna. Algo común, inexplicable. A lo mejor la gente de antes vivía sin buscar tanta explicación. Hasta que un día alguien empezó  a preguntarse para qué pasan las cosas … Nunca vamos a saber de qué murió porque en esa época no había autopsia. Puedo especular la noche entera. Imaginar tantos fracasos universales que son los mismos de ahora. Aunque no puedo dejar de preguntarme si la habrá matado alguna radiación, alguna antena con una electrofrecuencia venida desde lejos. Si habrá sido una frecuencia nuclear, la contaminación de un alimento, otro incendio, otra inundación, un accidente de qué tipo. Trapilcada, tropesada,desmayada. Con la palabra fuerte o susurrada. Dónde la habrá pillado su muerte. Cómo las habrán velado. En qué sitio yacerán sus restos. En qué parte de la pangea se encontrarán la disolución de sus huesos. Pienso en todas mis abuelas muertas y recorro sus caminos que hoy son sueños. Se les habrá revuelto el estómago. Qué mentiras habrán dicho. Habrá tenido alguna parte del cuerpo tensa cuando se encontró con la muerte. ¿Qué expectativa habrán tenido?