una piel descubierta
un humo perdido
un sentimiento no reconocido
todos emanamos un aire que se mezcla en la galaxia de la lengua muerta
todos tenemos una velocidad que en algún punto choca o hace taco con la corteza cerebral
todos se despiden sin irse, tirando la cadena, llorando con el paisaje, lavándose las manos, entregándose al rito del tarde, mal y siempre.
todos tenemos un refugio que se gotea
un vicio austero del pensamiento que se supone
todos nos entregamos alguna vez a lo que criticando hacíamos
